29.8.08

Arte digital: Alex Lugo

.. Arte Digital & Poesía
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Alex Christopher Lugo nació en 1979 en Manhattan, Nueva York y se crió en el sur de California. He studied illustration and graphic design at the Academy of Art College San Francisco. Estudió ilustración y diseño gráfico en la Academia de Arte Colegio San Francisco. In the summer of 2002 he went for a summer trip to Tokyo. En el verano de 2002 se fue para un viaje de verano a Tokio. Soon afterwards a sponsorship initiated the independent clothing label Arlequin. Poco después inició un patrocinio independiente de la ropa etiqueta Arlequin. Alex and his three colleagues developed the clothing label traveling through Tokyo, Bali, New York, Buenos Aires, Barcelona, and London. Alex y sus tres colegas ha desarrollado la etiqueta de la ropa de viaje, pasando por Tokio, Bali, Nueva York, Buenos Aires, Barcelona y Londres. His illustration technique is a combination of traditional drawing and painting techniques, combined with digital photography and graphic software. Su ilustración técnica es una combinación de dibujo tradicional y técnicas de pintura, junto con la fotografía digital y software gráfico. Alex is currently living and working as an illustrator and designer in London, and freelance in the United States. Alex se encuentra actualmente viviendo y trabajando como ilustrador y diseñador en Londres, freelance y en los Estados Unidos. Intent on maintaining creative prolifecy and ensuring exponential growth as a multitasking artist he likes to keep his fingers in different pots: illustration, graphic design, and fashion. Intención en el mantenimiento de prolifecy creativa y garantizar un crecimiento exponencial como un artista multitarea le gusta mantener sus dedos en diferentes macetas: ilustración, diseño gráfico y la moda.
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...La poesía es como el viento,
o como el fuego, o como el mar.
Hace vibrar árboles, ropas,
abrasa espigas, hojas secas,
acuna en su oleaje los objetos
que duermen en la playa..."
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José Hierro

Carpe mare

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Al centro de la luz arde una sombra,

y en esa vastedad brillan tus dedos

en su lento escalar un remolino

de imágenes veloces.

Todo es cuerpo

presente y abisal párpado fijo

en medio del salón, memoria y vértigo

tocados por el ámbar en las pausas

del recinto que busca su hondonada.

Ahí la claridad se precipita

y el áspero tapiz abre los pliegues

de un destello sonoro del pasado.

Irrumpe al resurgir, tensa los bordes

dilatados al sol y se desnuda

contigo (en la oración ensimismada)

el paréntesis negro del espejo.

Afuera está el invierno con sus autos

humeantes por la escarcha, el aire frío

de los rostros, los álamos que agitan

centelleos en otra realidad

más imprecisa.

Adentro languidece

la cúpula ondulante ya sin peso,

y cae en espiral sobre tus yemas

una gota de luz de aquella sombra.

Jorge Valdés Díaz-Vélez

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Alabanza de la noche

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La luz los separaba.No podían

acomodar sus ojos al dolor que la mañana

derramaba en su mundo, en el tierno desorden de sus cosas.

El día le dictaba a la indolencia normas de claridad,

difíciles caminos bajo el sol.

Malgastaban su tiempo en trabajos extraños,

en tareas que les eran ajenas y que las horas

dejaban en sus manos de repente.

Y transcurrían siglos de silencio, inacabables

épocas de sed, grandes espacios de flores muertas,

Pero al fin la triste respiración de la ciudad cansada

les decía que comenzaba a regresar el atardecer.

Posaban la mirada en las lejanas cumbres.

Presentían

que en el rumor oscuro de sus árboles

ya estarían las aves buscando su cobijo,

su humilde refugio de verdor apagado.

Entonces olvidaban la larga separación,

rompían las ataduras de la luz

y se encontraban de nuevo en el límite exacto de la sombra.

Porque la noche los unía, los empujaba suavemente

al lecho en que los cuerpos celebran los ritos de la

......................................................inmediatez,

al reino de la inocencia y de lo verdadero.

Eloy Sánchez Rosillo



Sonata

Otra vez el tiempo te ha traído

al cerco de mis sueños funerales.

Tu piel, cierta humedad salina,

tus ojos asombrados de otros días,

con tu voz han venido, con tu pelo.

El tiempo, muchacha, que trabaja

como loba que entierra a sus cachorros

como óxido en las armas de caza,

como alga en la quilla del navío,

como lengua que lame la sal de los dormidos,

como el aire que sube de las minas,

como tren en la noche de los páramos.

De su opaco trabajo nos nutrimos

como pan de cristiano o rancia carne

que se enjuta en la fiebre de los guettos,

a la sombra del tiempo, amiga mía,

un agua mansa de acequia me devuelve

lo que guardo de ti para ayudarme

a llegar hasta el fin de cada día.

Álvaro Mutis





Una joven
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El árbol ha entrado en mis manos,
La savia ha ascendido por mis brazos,
El árbol ha crecido en mi pecho
Hacia abajo,
Las ramas crecen fuera de mí, como brazos.
Árbol eres tú,
Musgo eres tú,
Eres violetas con viento sobre ellas.
Una niña -tan alta- eres tú,
Y todo esto es locura para el mundo.
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Ezra Pound





Sin nombre
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Una pesadilla te asalta con frecuencia:
llega un hombre herido, por la noche,
a tu casa-sitúas el agujero en el pecho, a la izquierda...
Su sangre al brotar manchatu puerta, al apoyarse,
casi desvaneciéndose...
Quiere que le dejes entrar.
Es como el alma de un amante
muerto y resucitado
hambriento aún
sólo que no está muerto.
Y aunque el vello en tus brazos
se eriza y un aire frío
que de él proviene
cruza tu umbral,
no has visto a nadie más vivo que él
cuando te toca, apenas roza tu mano
con la izquierda suya, su mano limpia,
y un "por favor" susurra,
en cualquier idioma...
Tú no eres médico ni nada parecido.
Has llevado una vida normal,
lo que un observador llamaría "sin tacha".
Detrás, en la mesa
,hay un cuenco con fruta,
una silla, un cuchillo,
un plato con pan...
Es primavera, y el viento de la noche
huele, húmedo, a marga removida
y a flores tempranas.
La luna irradia su belleza
que como belleza ves al fin,
tan cálida y ofreciéndolo todo....
Sólo hay que tomarlo.
Oyes ladrar perros distantes.
La puerta está entreabierta
o entrecerrada:así permanece
y tú no puedes despertar.
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Margaret Atwood
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Latitud...
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No quiero más que estar sobre tu cuerpo
como lagarto al sol los días de tristeza.
Se disuelve en el aire el llanto roto,
al pie de las estatuas
recupera la hiedra
y tu mano me busca
por la piel de tu vientre
donde duermo extendido.
El pensamiento melancólico
se tiende, cuerpo, a tus orillas,
bajo el temblor del párpado, el delgado
fluir de las arterias,
la duración nocturna del latido,
la luminosa latitud del vientre,
a tu costado, cuerpo, a tus orillas,
como animal que vuelve a sus orígenes...
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José Ángel Valente

1 comentario:

ángel dijo...

Bellas imágenes de arte digital las de tu espacio que descubro al tiempo que me reencuentro con poemas queridos.

saludos...